Pequeña PocaCosa hundióse en su habitación
y durante toda la larga noche
en su alto nombre lloró.
Una mañana de flores violentas que le penetraban
y una tarde de indiferente arrogancia que a su silencio torturaba.
Pequeña PocaCosa escondió su coliflor
y por no provocar el odio
sus lágrimas tragó.
Pequeña PocaCosa, no llores por favor
tan fea, tan gastada,
sóla en tu rincón.
Pequeña PocaCosa, levántate y olvida
las frías puñaladas crudas
de su hipócrita no amor
Puñaladas en el vientre, por la espalda y por montón
provocan una lágrima en su escondido marchito corazón.
-Te quiero.
-A qué hora te vas?
-Te quiero mucho.
-No me importa.
Te amo y te odio
por ser mi todo.
Por ser tu nada.
Por ser una invisible copa de Cristal
que sólo sirve para rellenar
A la hora del alcohol, a la hora del calor.
Reciclado cuerpo de roto amar
Se esconde en tus sábanas mendigando un
“Te quiero” fugáz.
-Te quiero.
-…
-Hermoso oro de ojos moros.
-…
-Te amo de noche, de día, para toda la vida
-…
-¿Quién es él?
Tercera Guerra Mundial, tatuada de ensangrentadas lágrimas
y perforado de sexo transpirado por la indiferencia
Sexo vendido a precio de lágrimas
sexo regalado a precio de sonrisa
sexo ensuciado.
-Te quiero.
-…
-Mucho.
-Yo igual
-¿Quieres culiar?
-Me encanta cuando me das felicidad.
---------------------------------------------------------
Perdone usted, algún día seré como él
y me dirás “Te amo” cada día del mes.
Me mirarás como a la señorita ‘yo igual, yo también’
y me devorarás con la mirada
como lo haces con él
Pitido insoportable
se vuelve mi canción,
un tanto desagradable
mi tono de voz.
Cuando él se vaya puedes venir por mí.
No te preocupes,
te esperaré por siempre aquí.
Con mi abierta flor marchita
esperando por ti.
y durante toda la larga noche
en su alto nombre lloró.
Una mañana de flores violentas que le penetraban
y una tarde de indiferente arrogancia que a su silencio torturaba.
Pequeña PocaCosa escondió su coliflor
y por no provocar el odio
sus lágrimas tragó.
Pequeña PocaCosa, no llores por favor
tan fea, tan gastada,
sóla en tu rincón.
Pequeña PocaCosa, levántate y olvida
las frías puñaladas crudas
de su hipócrita no amor
Puñaladas en el vientre, por la espalda y por montón
provocan una lágrima en su escondido marchito corazón.
-Te quiero.
-A qué hora te vas?
-Te quiero mucho.
-No me importa.
Te amo y te odio
por ser mi todo.
Por ser tu nada.
Por ser una invisible copa de Cristal
que sólo sirve para rellenar
A la hora del alcohol, a la hora del calor.
Reciclado cuerpo de roto amar
Se esconde en tus sábanas mendigando un
“Te quiero” fugáz.
-Te quiero.
-…
-Hermoso oro de ojos moros.
-…
-Te amo de noche, de día, para toda la vida
-…
-¿Quién es él?
Tercera Guerra Mundial, tatuada de ensangrentadas lágrimas
y perforado de sexo transpirado por la indiferencia
Sexo vendido a precio de lágrimas
sexo regalado a precio de sonrisa
sexo ensuciado.
-Te quiero.
-…
-Mucho.
-Yo igual
-¿Quieres culiar?
-Me encanta cuando me das felicidad.
---------------------------------------------------------
Perdone usted, algún día seré como él
y me dirás “Te amo” cada día del mes.
Me mirarás como a la señorita ‘yo igual, yo también’
y me devorarás con la mirada
como lo haces con él
Pitido insoportable
se vuelve mi canción,
un tanto desagradable
mi tono de voz.
Cuando él se vaya puedes venir por mí.
No te preocupes,
te esperaré por siempre aquí.
Con mi abierta flor marchita
esperando por ti.