jueves, 16 de enero de 2014

hablando con la pared



No,
sé que no soy hermoso como un atardecer en la luna haciendo el amor y la verdad es que no me importa serlo,
sé que no soy el más alto para bajarte las estrellas, ni el del cuerpo más rico para saciar el antojo de tu víbora lengua,
sé que no soy de rasgos franceses, ni de paquete grande talla XXL/Semi-tequierocomer.
Sé que no tengo tantos temas interesantes, cultos, e inteligentes de qué conversar, así que me basta con escucharte hablar y alardear.
Sé que soy pendejo sin receta, sé que te avergüenzo sin remedio.
Sé que soy baboso, cargante y tedioso, sé que lo odias, pero que te gusta odiarlo.
Sé que odias mis berrinches tanto como odias cambiar de planes para no hacerme llorar.
Sé que no soy el hueón que te mueres por tener.
Sé que te quiero.          Y que por eso no me quieres.

-Sólo se quedó con los labios pegados y  la absorvida mirada, perdida en la nada contemplando el discurso insufrible de su corazón sangrante, deleitándose del tormento que en su mente se había dado el lujo de compadecer. Paróse luego de un minuto eterno de respiración exitada y sollozos moqueados, y mientras acariciaba su húmeda mejilla le susurró su  gastada mentira vacía, traidora pero consoladora...

Yo también.

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